Comer como acto político

Daniel Innerarity escribe “Comerse el mundo” en El País:

(…) Las costumbres alimenticias permiten al individuo configurar el tipo de vida que desea para sí y modificar su relación con el mundo. Cada uno de nosotros, en el ámbito de su conducta alimentaria, puede llevar a cabo una mejora del mundo, inapreciable pero insustituible. Comer es hoy un acto político global, una verdadera conspiración revolucionaria. Nuestras decisiones cotidianas en esta materia configuran el mundo, para bien o para mal. Brecht no hubiera formulado aquella simplificadora oposición de haber sabido que, actualmente, el comer se ha convertido en un asunto moral, en una cuestión de ciudadanía.

Vía Utópic Blog

One Comment

Deixa unha resposta

O teu enderezo electrónico non se publicará