La Rioja de blog en blog: la vista y el territorio camaleónico

Last updated on 20 / Setembro/ 2009


Fotos: Sole

Contido publicado orixinalmente en El Rioja de Blog en Blog

De las muchas veces que he atravesado La Rioja en camino hacia algún sitio yo tenía la percepción de que estaba ante un territorio camaleónico: una sucesión en la que se alternaban pequeños pueblos coronados por cerros y campanarios, y vastas extensiones alfombradas de viñedo que cambiaban de color en función de la estación. La hegemonía de la viña en el campo, extensa, otorgaba a todo en esta tierra una apariencia arcillosa, que se hacía más o menos intensa en función del tiempo. Sin embargo, cuando uno se detiene, ese marcador se hace más lento, y de la paleta de un pintor invisible esta arcilla se va mezclando con texturas y colores salidos de la tierra y los hombres.


La viura a punto de ser cosechada


El río Ebro a su paso por Finca Valpiedra


Frutales y huertas en Briñas

La Rioja es el blanco grisáceo y vertical de la Sierra Cantabria, quizás en la zona más conocida porque a su alrededor pasan las autopistas. Pero también es el dramático rojizo de las cortadas de la Rioja Baja alrededor de Quel, es el color verdoso y azulado de un Ebro que por aquí baja manso y en crecimiento; también lo es el verde feliz e exhuberante de las numerosas huertas que rodean los pequeños pueblos como Briñas, y que son capaces de dar vegetales de un sabor tan intenso que te hacen reparar en que habías olvidado el intenso sabor de las hortalizas y verduras -aquí los tomates son tomates plus-.

En realidad, en la comida tradicial riojana se contienen todos los colores de esta región; lo que se sirve a la mesa es lo que ves cuando cruzas el territorio en coche o te sientas en un otero coronado por una ermita a observar el paisaje. El que inventó el pimiento, tuvo que ser de aquí, por ejemplo. Estos pimientos, conservados en aceite, se asan; la gente los sigue comprando por “cientos” (literal) en los mercados, para asarlos y conservar a lo largo del año como acompañantes de las carnes y lo que se tercie. Son una pasada de buenos, una explosión de color verde y rojo en los cuencos de barro. Paisaje gastronómico: Están los tonos blancos de las patatas a la riojana, están los pardos de la morcilla, los rojos vibrantes del chorizo, están las chuletillas de cordero asadas en brasa de sarmiento: estas últimas son un sabor totalmente único, y con el asado cogen el propio color del enrevesado sarmiento. Todo lo que se come se corresponde con las grandes notas de color de la tierra.

Una gran finca de una mujer independiente


Alicia Rojas. Fotos: Manuel Gago

Observamos. Desde Logroño, nos desplazamos a la Rioja Baja, dejando atrás las montañas de Sierra Cantabria y entrando en un territorio más seco, con lomas y oteros de tierra arcillosa y roja y una vegetación cada vez más mediterránea. Nuestra primera parada es una finca agrícola de dimensiones acadabrantes: las Bodegas Alicia Rojas [localización], en Ausejo. 850 hectáreas de cultivos. Si, repito, 850 hectáreas. Para un gallego, estas dimensiones de propiedad son casi imposibles de visualizar. Ahí dentro encuentras de todo: viñedo en diferentes variedades, estanques, bosque mediterráneo donde habita y se caza el jabalí y el corzo. Recorrer una finca de estas dimensiones dedicada a la propiedad agrícola es una gran experiencia: permite entender como la vida depende estrechamente de una conjunción de factores: suelo, orientación, altura. Recorremos viñedos de malvasía y viura -las variedades blancas clásicas de La Rioja-, o también de tempranillo. En función del punto de la finca en el que nos encontremos, los grados de maduración son muy diferentes. Lo notas en los dientes, cuando pruebas las uvas de cada viñedo. Aquí y allá, el enólogo Jesús Antón cambia la disposición de las hileras, que desde el altozano donde el pastor guarda las ovejas se antojan un patchwork de plantas con una foliación exhuberante, en septiembre. En la zona baja, está el viñedo ecológico. En la de aquí, el tradicional. El agua, distribuida en hermosos embalses alrededor de los cuales ha surgido la vegetación, es un bien que se distribuye entre los terrenos.

Alicia nos cuenta su vida de empresaria independiente y trotamundos inquieta. Ingeniera, estudió Derecho para conocer los derechos de las mujeres. Se hizo fuerte e independiente en un mundo de hombres a base de tenacidad, y es la primera bodeguera empresaria de la Rioja. Me fascinó esta Thatcher -como sus peones la llamaban- de Ausejo. Estoy editando un vídeo en la que podréis escuchar su propia historia.


Lumbre en la cabaña de Alicia Rojas

Para mí el campo, en el interior de la Península, siempre es esta lumbre prendida por la mañana, mientras sobre la mesa de la cabaña se presentan chorizos, embutidos y quesos de la tierra. Con ellos, con un pan excelente, catamos lo que sale de la tierra. Un excelente malvasía seco y otro semidulce que nos hacen disfrutar de la alegría de la finca, nos metemos a catar sus vinos tintos de tempranillo, de corte algo más tradicional; de ellos me gustó su reserva. Intento imaginar de que espacio de esta finca vienen las uvas que bebo.

De viñedos a olivos


Mirador sobre la finca de Quel.


Plantación de olivar.

Nuestro siguiente destino está en Quel. Sobre el pueblo, en lo alto de un acantilado, se puede observar un castillo de fundación árabe. En Quel está otro de las llamativas caras de la Rioja: la recuperación del olivar como unidad de explotación. Un emigrante de Quel en el País Vasco volvió para crear una enorme explotación; reuniendo miles de títulos de propiedad, agrupó 350 hectáreas de auténtico secarral para convertirlas en un explotación olivarera de última tecnología [localización]. En lo alto, visible desde todas partes, la impresionante obra arquitectónica que contiene la almazara reproduce desde el exterior las formas de las prensas tradicionales de oliva. Jon Aldama, el hijo, nos conduce por esta finca. Aquí el auga es aún un bien más escaso. Las hileras de olivos se suceden en el valle, y toda la explotación tiene un carácter aún muy experimental. Hay arbequina -la variedad de moda-, pero también arbosana -a mi juicio de sabor más intenso, de paladar más fácil y de un sabor mucho más sedoso-, pero también otras variedades como la redondilla o una griega, la koroneitis. Cada hilera está monitorizada por ordenador y una parcela en el centro de la propiedad sirve como campo experimental de implatación de variedades y como zona de entrenamiento.


Jon Aldama.


Las diferentes variedades de oliva

La propiedad, en un valle, es un ejemplo de tenacidad por darle vida a un campo duro. De estos olivos, que son jóvenes, las máquinas llevan la oliva a la almazara en quince minutos para reducir las pérdidas de calidad. Y de aquí salen, por ahora, un aceite de oliva virgen extra de gama alta que cuesta sobre 11 euros en tienda: el Lectus. Se puede encontrar de las dos grandes variedades de la finca: de arbequina y de arbosana.


Las cuevas de refugio


Cata de aceites “en contexto”

Los dos son excelentes, muy, muy buenos. La arbequina tiene un sabor intenso, pero la arbosana te envuelve y consigue hacer notar e integrarse con buenas conservas. Los catamos en un marco único, en el interior de una cueva de agricultores, entre madrigueras de conejo, al abrigo del viento frío del día, sobre fardos de paja.

El otro paisaje visual del vino, es el del diseño y la marca. Comemos en Ontañón [localización], otra de las grandes bodegas de la Rioja, ya de vuelta en las proximidades de Logroño. Muy orientada hacia el enoturismo, la propia bodega es una galería de arte dedicada a Miguel Ángel Saínz, un escultor que para la bodega elaboró toda una serie de esculturas y pinturas orientadas a explorar la relación entre la mitología y los dioses. Esta Perséfone de la foto está en una de las cavas. Pero las esculturas que recrean mitos clásicos están por todas partes, en los pasillos y en las etiquetas de los vinos. Allí comemos, mientras catamos los blancos de la bodega -un notable Vetiver 07, viura y 6 meses de barrica, con notas herbáceas- y el crianza y el reserva de la bodega. Todo en esta bodega está encaminado a transmitir una imagen de marca a partir del concepto de los dioses.

En Navarrete, también observamos otro concepto vinculado a las marcas como elemento. Dos amigos, Carlos y Daniel, elaboran en el bajo y en el profundo calado medieval de una casa familiar el vino Arar [localización]. A partir de las plantaciones viejas de sus familias, esta bodega diminuta -hace 4.500 botellas, una cifra irrisoria en comparación con las grandes marcas riojanas-, produce un vino muy personal, en el que está muy presente la madera a partir de torrefactos y especiados, y que una vez abierto, ofrece además notas de fruta negra. Me caen bien los propietarios de esta bodega en miniatura; y me gusta la preocupación por un hermoso diseño de botella y del propio concepto.

Cata en la ‘zona cero’ de la Rioja

Nuestra última cata del viaje es en un lugar muy especial, que a mí me emocionó: la basílica de Santa María de la Piscina. Una solitaria joya del románico fundada en el siglo X por un antiguo cruzado como capital de un principado de repoblación, y que es una gran desconocida para los visitantes de la Rioja. La bella iglesia románica actual es la parte más visible de un conjunto con una necrópolis de sepulcros tallados en la roca, pilas bautismales, restos de viviendas rupestres e incluso un lagar, uno de los más antiguos de la Rioja. Allí, sobre una vista espectacular de la zona, que resume la relevancia del lugar, hicimos una de las grandes catas del viaje, la de Bodegas Tobía.

Los Tobía son vinos de corte moderno, que nos hablan de una Rioja que es mucho más diversa y diferente de lo que los tópicos nos hacen ver. Entre los vinos que probé, me quedo con tres absolutamente fantásticos de la serie Alma Tobía. Un rosado fermentado en barrica, el Alma Tobía 2008, que es, a mi modo de ver, otro mundo en estos vinos: con cuerpo, profundamente seductor, sedoso, de trago largo…El blanco Óscar Tobía, del 2003, es una excelente muestra de la integración entre madera, malvasía y viura. El Alma Tobía Tinto de Autor 2005, un refinado ejercicio de viticultura con notas balsámicas, de especies discretas como canela, un vino que se sube al paladar, ligero pero lleno de notas de todo tipo. El Tobía Graciano 2007 es un ejemplo de como conseguir crear un vino de estructura a partir de una fuerte personalidad varietal que, sin embargo, hasta el momento había sido relegada a complemento de coupage de vinos tempranillo. Catando a los pies de la ermita, pudimos entender que la Rioja tiene un enorme potencial para crear vinos fascinantes, sorprendentes, modernos y concebidos desde un ángulo totalmente nuevo.

Mis ojos miraban el entorno, esta ‘zona cero’ de la viticultura riojana, cuando tras la conquista árabe el viñedo volvió a ser importante, poco a poco, en estas tierras fértiles del Ebro. Estoy entusiasmado. Cuando nos abren la ermita, la guía nos muestra la sala de juntas, que tenía tres puertas. Por cada una de ellas entraban los representantes de cada uno de los pueblos de su demarcación, desde los diferentes puntos cardinales. “Todos iguales”, nos decía la guía. Las tres puertas son idénticas. Territorios cruzados, abiertos y en equilibrio siempre abierto al diálogo. Como el vino en La Rioja.

13 Comments

  1. Xabrés da teixeira
    20 / Setembro/ 2009

    ¡Ui, oh…, como vos podes!. Se catcheis todo o fotografiado, e coido que algo máis.
    En unha terra preciosa esa, é se tes a oportunidade de que algúen de por alí te acompañe os bos lugares, mellor que mellor
    Dades unha boa envexa.
    ¡Oes! por alí estan os alicerces do castelán, pola zona de Berceo, ¿que tal?

  2. 20 / Setembro/ 2009

    ¡Aún me pondré a llorar……! :)

  3. 20 / Setembro/ 2009

    enorme!

  4. 20 / Setembro/ 2009

    La verdad es que habéis tenido muy buenos anfitriones: Quienes os han llevado a ver la finca de Alicia Rojas, la almazara de Quel o a probar los vinos de Óscar Tobía junto a los lagares rupestres de la Sonsierra sabían lo que hacían . Muy buenas decisiones todas. Tus textos, Manuel, emocionantes.

  5. 20 / Setembro/ 2009

    foi máis alá!

  6. 20 / Setembro/ 2009

    Cierto, Javier: la selección de espacios y productores fue excelente y de una gran profesionalidad, muy orientada sin duda a mostrar la diversidad de la Rioja como zona productora de vinos. ¡Gracias a todos! En los próximos días aún publicaré dos o tres cosas más.

  7. 20 / Setembro/ 2009

    pero… de dónde sacas el tiempo para escribir? eres un fenómeno Manuel!

  8. 20 / Setembro/ 2009

    Tere, sin duda, dos motivos: lo bien que me lo paso y mucha comprensión por parte de mi pareja. :-)

  9. Anónimo
    21 / Setembro/ 2009

    Que envexa… si que lle quitastendes proveito a esa fin de semana… fantastico reportaxe

  10. Viñoteca de Garcia
    21 / Setembro/ 2009

    A de arriba é a da viñoteca de Garcia… dinlle o enter antes de tempo

  11. cesar
    21 / Setembro/ 2009

    Todos tranquilos, eu estou facendo o percorrido da vendimia en Monterrey, algo mais modesta, mais traballosa e encima teño que poñer do meu peto, a ver si polo menos traigo uns sacos de uvas pra mixturarlle as minhas cepas.
    E envidia sana, sana.

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